viernes, 21 de marzo de 2008



Y cuando estás al borde de superar esa etapa, revive; revive como el más grande placer que se apoderó de vos, de tu propio sentido común y de tus impulsos. Esa perdición a la que te negaste y abstuviste durante esos meses por querer ser perspicaz, vuelve. Y vuelve para quedarse, porque sabe que por dentro sos la persona más débil, aunque te muestres fuerte y resistente ante cualquier obstáculo que te encadene y lastime. Sí, no tenes opción, tus sentidos se bloquean y tus acciones esta vez no reciben órdenes de tu poder de cohesión, sino de tus impulsos. Y ese sentimiento de plenitud, de satisfacción vuelve a invadirte, hasta que expulsas los desechos. No te hace bien, no es sano. No lo considerás una moda pero sabes que nunca desentona. No lo haces para agradar tampocoo interesa la edad. Es personal, sos vos y él. No importa el olor, no importa el qué dirán, sos vos y él.